Una historia que nace desde la calma

Soy Belén Monasterolo, fundadora de Aire Serene.
Desde siempre me cautivaron las velas: su calidez, su luz suave y esa sensación de paz capaz de transformar cualquier espacio.

 

El origen de Aire Serene

Hace algunos años, mientras estudiaba en Córdoba, encender una vela se convirtió en mi ritual diario.
Lo hacía al prepararme para estudiar o al compartir unos mates conmigo misma.
Era mi momento de conexión, una pausa para centrarme y empoderarme.

Con el tiempo, la curiosidad me llevó a aprender a elaborarlas con mis propias manos… y, casi sin buscarlo, nació este hermoso emprendimiento.

 

Hecho a mano, con amor y propósito

Hoy vivo en Neuquén, y cuento con la valiosa ayuda de mi mamá, quien participa en la creación, el etiquetado y el embalaje de cada pieza que enviamos con amor a todo el país.

Cada vela es un pequeño universo artesanal, donde cuidamos cada detalle:
el packaging, la textura de la cera, la llama danzante y los aromas envolventes que hacen de cada experiencia algo cálido y sensorial.

 

Nuestra inspiración

En Aire Serene creemos que encender una vela puede ser mucho más que un gesto:
es un acto de presencia, una forma de conectar con uno mismo y con la energía del entorno.

Queremos que, al recibir una de nuestras velas —ya sea para vos o para regalar—, sientas que la belleza y la serenidad se suman a tu vida.

 

Mirando hacia adelante

Tenemos muchos proyectos para el próximo año:
nuevas fragancias, envases y combinaciones especiales que estamos preparando con mucha ilusión.

Te invitamos a sumarte a nuestra comunidad y acompañarnos en este viaje luminoso.

 

Con cariño,

Belén y el equipo de Aire Serene